Un 23 de Septiembre de 1917 nacía en Hidalgo, México, una leyenda de las arenas mexicanas. Su nombre, Rodolfo Guzmán Huerta, más conocido como El Santo, el Enmascarado de Plata.
La historia de este personaje se remonta oficialmente a 1933 cuando, con apenas 16 años, Guzmán debuta como luchador usando su propio nombre. En combates futuros, Rodolfo se decide a usar distintos pseudónimos para entrar en combate, como Rudy Guzmán (su apodo de niño); El Enmascarado; El Hombre Rojo; El Murciélago 2; y el Demonio Negro.
Sin embargo, esta crisis de identidad como luchador concluye en 1942, cuando Guzmán es invitado a formar parte de un selecto grupo de luchadores que usaban máscaras plateadas. Su manager de aquél entonces le dio a escoger entre tres nombres: El Diablo, El Santo o El Ángel. Desde ese momento, y oficialmente bajo el nombre de El Santo, Rodolfo Guzmán da comienzo a la verdadera leyenda de su personaje, que incluso sobrepasó las cuerdas de los cuadriláteros cuando en 1961 debuta en el cine con su primer film como protagonista: Santo Contra los Zombies.
El éxito que fue acumulando en la pantalla grande, y que lo convirtió de paso en un verdadero héroe de acción, llevó al luchador de cuadriláteros a pasarse dentro del circuito de la lucha libre del bando de los “rudos” (los villanos) al de los “técnicos” (los buenos). De esta forma, El Santo prosiguió sin problemas con su carrera cinematográfica hasta 1982, con su última película, llamada Santo, el Enmascarado de Plata: La furia de los karatekas.
Dos años más tarde, en un programa televisivo dedicado a la lucha libre mexicana llamado Contrapunto, Santo decide poner fin al misterio del enmascarado de plata. Frente a las cámaras y a millones de telespectadores, Santo retira su célebre máscara revelando así un secreto que algunos de sus familiares más cercanos, conocían.
Este hecho sin duda se convirtió en el momento más controversial de la vida del afamado enmascarado.
Y sería el último, porque apenas diez días después haber dado a conocer su verdadera identidad, dejando con ello a una conmocionada audiencia que juzgaba para bien o para mal
la decisión del enmascarado, un ataque al corazón durante una actuación en el teatro puso fin a la vida de Rodolfo Guzmán a los 67 años de edad.
Su cuerpo fue sellado con su máscara y conducido hasta su lugar de descanso acompañado de Black Shadow, Blue Demond más otros colegas de la arena, y por supuesto junto a miles de fans, que peregrinaron hasta la tumba de su héroe por las calles de la ciudad despidiéndolo como se despide a los grandes de la historia de un país: multitudinariamente.
Santo, uno de los más grandes peleadores de lucha libre de todos los tiempos y que dejó además en su currículo una lista de 50 películas, es uno de los personajes que ha inspirado a millones de seguidores en México y en el resto del mundo.
Hoy, a escasos días de cumplirse exactamente noventa años desde su nacimiento, aprovecho de destacar una vez más entre esos millones de seguidores de El Santo, a una banda de rock (no se sabe verdaderamente si son mexicanos o chilenos) que lleva cerca de 7 años de radicarse en Chile. Se trata de Los Enmascarados de Monterrey, que en su carrera han dedicado más de una canción a uno de sus más nobles héroes. Entre aquellas destacan dos, de su placa Pancracio Glücklich, con explícitos títulos y ambas con un formato instrumental (sin letras) : el track número 4, El Enmascarado de Plata; y el número 7, titulado La muerte de El Santo.
De momento, y como tributo muy personal al plateado, colgaremos en el blog uno de los discos más interesantes que tiene Enmascarados de Monterrey, llamado Santo Niño Doctor Jesús. Quizás, uno de los mejor logrados musicalmente en cuanto a imaginativa y composición.
¡Feliz cumpleaños, Santo!
* PG.